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Algunos políticos, deportistas y personas famosas de nuestro país se han enfrentado al desafío de hablar en inglés en público y no todos han salido bien parados. Muchos de los errores que cometen se vuelven inolvidables, como el “Morry Christmas” de Sergio Ramos, la relaxing cup of café con leche de Ana Botella o el vídeo de Emilio Botín hablando a sus clientes angloparlantes sobre los beneficios de su banco.
¿Por qué nos cuesta tanto tener un buen acento en inglés? La pronunciación a la hora de hablar inglés puede ser un reto debido a que en español hay cerca de 35 sonidos diferentes y 38 maneras de escribirlos, frente a los 44 sonidos y más de 1.100 maneras de escribirlos en la lengua anglosajona. Cuando aprendemos un segundo idioma se nos hace muy difícil tener una buena pronunciación y un buen acento, debido a que muchas veces nuestros profesores son hablantes nativos en español y cometen los mismos errores que nosotros.
Entre los angloparlantes también cambia el acento. No es lo mismo aprender inglés con un estadounidense que con un británico. Elegir el acento dependerá de diversas variantes según el objetivo para el cual se aprende el idioma. En cualquier caso hay que apuntar que en EEUU se habla las tres cuartas partes del inglés de todo el mundo y el idioma no tiene tantas variaciones como en el Reino Unido.
El miedo a no ser comprendido por los demás y la vergüenza a no pronunciar correctamente son grandes barreras a la hora de mejorar el inglés hablado.
Los expertos ofrecen algunos consejos sobre cómo mejorar nuestro acento. En primer lugar, recomiendan aprender un mínimo de fonética para conseguir identificar todos los sonidos del inglés que no existen en español: a menudo nuestro cerebro no distingue entre estos sonidos. Entrenar el oído tiene gran importancia mientras aprendemos nuevo vocabulario, siempre centrándonos en la pronunciación.
Es importante también incluir el inglés en otras actividades de nuestro día a día como el cine o la música: de esta manera nuestro oído se acostumbra a la fonética del idioma y se hace más fácil su pronunciación. Otro consejo es el de practicar y hablar inglés sin complejos: el miedo a no ser comprendido por los demás y la vergüenza a no pronunciar correctamente son grandes barreras a la hora de mejorar el inglés hablado. Para ello hay técnicas muy populares como grabarse en vídeo y pedir opiniones y sugerencias a personas que hablen inglés de forma nativa.
Según los expertos, los errores de pronunciación más comunes que cometemos los españoles a la hora de hablar en inglés suelen ser con la letra “s”, ya que en nuestro idioma no existe ninguna palabra que comience por esta letra seguida de consonante, por lo que tendemos a pronunciar “es” en vez de “s”, como por ejemplo “espain” en vez de “spain” o “estar” en vez de “star”. Los hispanohablantes tenemos problemas pronunciando la “s líquida”. Otro error frecuente es no distinguir fonéticamente entre la “b” y la “v”, algo que se da sobre todo en España, ya que en otros países hispanohablantes sí que las diferencian.
Por último lo que nos delata sin lugar a duda como españoles a la hora de hablar inglés es la “h” al comienzo de las palabras. Ni los franceses ni los italianos la pronuncian (es muda) y los españoles somos demasiado bruscos y la pronunciamos como una “j”. Tenemos por lo general un acento muy fuerte difícil de eliminar y nos da vergüenza abrir la boca mucho para emitir sonidos “raros”.
Los españoles y las españolas tienen un acento muy característico a la hora de hablar inglés, a algunos les cansa y a otros les encanta. Según el portal de noticias CNN, el español está el octavo en el ranking de los 12 acentos más sexis del mundo, aunque quizá no lo sea tanto cuando no podemos deshacernos de él para hablar inglés.
El Confidencial
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